Calendario Adviento Serendipia__CIFP Medina.pdf |
¡Feliz Navidad!
24 de diciembre.
Viajes |
Amigos |
Encuentros |
Familia |
23 de diciembre.
La Navidad: origen, símbolos y otras curiosidades.
La Navidad: origen, símbolos y otras curiosidades.
21 y 22 de diciembre.
#AprendemosJuntos. "Leer me salvó la vida, escribir le dio un sentido". Jordi Sierra i Fabra, escritor.
#AprendemosJuntos. "Leer me salvó la vida, escribir le dio un sentido". Jordi Sierra i Fabra, escritor.
20 de diciembre.
REMAKE SONORO - Alma - Cortometraje animado.
REMAKE SONORO - Alma - Cortometraje animado.
19 de diciembre.
Un experimento social con 27 jóvenes en el que les preguntábamos qué tenían pensado regalar por Navidad.
Todos ellos cambiaron sus regalos, ¿y tú?
#yocambiomiregalo
Un experimento social con 27 jóvenes en el que les preguntábamos qué tenían pensado regalar por Navidad.
Todos ellos cambiaron sus regalos, ¿y tú?
#yocambiomiregalo
18 de diciembre.
Viñeta. Peanuts - Charles M. Schul
Viñeta. Peanuts - Charles M. Schul
17 de diciembre.
Texto sobre la amistad de Juan Salvador Gaviota (de Richard Bach).
Texto sobre la amistad de Juan Salvador Gaviota (de Richard Bach).
'¡Si nuestra amistad depende de cosas como el espacio y el tiempo, entonces,
cuando por fin superemos el espacio y el tiempo, habremos destruido nuestra propia hermandad!
Pero supera el espacio, y nos quedará solo un Aquí.
Supera el tiempo, y nos quedará solo un Ahora.
Y entre el Aquí y el Ahora, ¿no crees que podremos volver a vernos un par de veces?'
cuando por fin superemos el espacio y el tiempo, habremos destruido nuestra propia hermandad!
Pero supera el espacio, y nos quedará solo un Aquí.
Supera el tiempo, y nos quedará solo un Ahora.
Y entre el Aquí y el Ahora, ¿no crees que podremos volver a vernos un par de veces?'
16 de diciembre.
VIVIR. Videoclip signado alumnos mención NEE. Grado Ed. Primaria. UPSA. Profesora Paz de Blas. Edición: Prof. Francisco J. Álvarez.
VIVIR. Videoclip signado alumnos mención NEE. Grado Ed. Primaria. UPSA. Profesora Paz de Blas. Edición: Prof. Francisco J. Álvarez.
14 y 15 de diciembre.
Cruce de caminos, por Gloria Gil.
Y soñar. Despertar un día sonriendo sin saber el motivo de esa felicidad. Y recordar. Sentirte estremecida con tan solo una mirada penetrante. Mirada eterna. Mirada sentida. Ojos que se clavan sin saber muy bien el motivo. Quizás sí, surgió de forma involuntaria. Una sonrisa cómplice, una carcajada natural que no tiene nada de saber enciclopédico. Seguro que no más de lo debido.
Y buscar. Buscar en muchos detalles el significado de demasiadas cosas sin sentido. Gestos desconcertantes que se clavan sin saber muy bien por qué motivo. Y a partir de ahí, una confesión, varias confesiones. Una perturbación, varias perturbaciones. Un alboroto interior incontrolado ante barreras invisibles. No, mucho más profundamente, llegar a convencerse de que no te puedes enternecer con emoción ante hallazgos desconocidos y debes, eso sí, siempre, solamente vibrar con generosidad ante lo ya distinguido.
Y perder. Perder la conciencia del tiempo. Querer pararlo y seguir soñando. Silencios inquietantes en los que se dice mucho, mucho más, es posible, de lo deseado. Contar historias. Fundar teorías. A su manera, inventando y creando lo permisible y lo comprendido. Y por qué no, poner protagonistas a historias de batallas navales que en otra vida se hubieran vivido. Y señalar, ahora así, vencedores y vencidos.
Vaivén. Ante tales perspectivas, quedan dos soluciones. O bien renegar de sí mismos, abandonar sus bellos sueños, esos cargados de semirrebeldía; o quedarte en eso que llamamos ser realistas, donde solo cabe eso de tener sentido común, actuar con prudencia o ser cometidos.
Pero, al fin y al cabo, amigo, ningún precio es demasiado alto por el privilegio de volver a ser tú.
Volver a soñar.
Volver a perder.
Volver a balancearte.
Volver a buscar y a encontrarte contigo mismo.
Tarea inmensa pero, sin lugar a dudas, admirable.
Cruce de caminos, por Gloria Gil.
Y soñar. Despertar un día sonriendo sin saber el motivo de esa felicidad. Y recordar. Sentirte estremecida con tan solo una mirada penetrante. Mirada eterna. Mirada sentida. Ojos que se clavan sin saber muy bien el motivo. Quizás sí, surgió de forma involuntaria. Una sonrisa cómplice, una carcajada natural que no tiene nada de saber enciclopédico. Seguro que no más de lo debido.
Y buscar. Buscar en muchos detalles el significado de demasiadas cosas sin sentido. Gestos desconcertantes que se clavan sin saber muy bien por qué motivo. Y a partir de ahí, una confesión, varias confesiones. Una perturbación, varias perturbaciones. Un alboroto interior incontrolado ante barreras invisibles. No, mucho más profundamente, llegar a convencerse de que no te puedes enternecer con emoción ante hallazgos desconocidos y debes, eso sí, siempre, solamente vibrar con generosidad ante lo ya distinguido.
Y perder. Perder la conciencia del tiempo. Querer pararlo y seguir soñando. Silencios inquietantes en los que se dice mucho, mucho más, es posible, de lo deseado. Contar historias. Fundar teorías. A su manera, inventando y creando lo permisible y lo comprendido. Y por qué no, poner protagonistas a historias de batallas navales que en otra vida se hubieran vivido. Y señalar, ahora así, vencedores y vencidos.
Vaivén. Ante tales perspectivas, quedan dos soluciones. O bien renegar de sí mismos, abandonar sus bellos sueños, esos cargados de semirrebeldía; o quedarte en eso que llamamos ser realistas, donde solo cabe eso de tener sentido común, actuar con prudencia o ser cometidos.
Pero, al fin y al cabo, amigo, ningún precio es demasiado alto por el privilegio de volver a ser tú.
Volver a soñar.
Volver a perder.
Volver a balancearte.
Volver a buscar y a encontrarte contigo mismo.
Tarea inmensa pero, sin lugar a dudas, admirable.
13 de diciembre.
Acojo en mi hogar
palabras que he encontrado abandonadas en mi palabrera. Examino cada jaula y allí, ladrando vocales y consonantes, encuentro sucios verbos. Que lloran después de ser abandonados por un sujeto que un día fue su amo y de tan creído que era prescindió del predicado esta misma semana. Han encontrado a un par de adjetivos trastornados, a tres adverbios muertos de frío, y a otros tantos de la raza pronombre, que sueñan en sus jaulas con ser la sombra de un niño. Señalo entonces a las palabras que llevan más días abandonadas y me las llevo a casa. Las vacuno de la rabia y las peino a mi manera, como si fueran hijas únicas porque en verdad todas son únicas. |
Acto seguido,
y antes de integrarlas en un parvulario de relatos o canciones, les doy un beso de tinta y les digo que "si quieres ganarte el respeto, nunca hay que olvidarse los acentos en el patio". A veces les pongo a mis palabras diéresis de colores imitando diademas. Y yo solo observo cómo juegan en el patio de un poema. Casi siempre te abandonan demasiado pronto y las escuchas en bocas ajenas, y te alegras, y te enojas contigo mismo, como con todo lo que amamos con cierto egoísmo. Y uno se queda en casa, inerte y algo vacío, acariciando aquel vocablo mudo llamado silencio. Siempre fiel, siempre contigo. Pero todo es ley de vida como un día me dijo el poeta Halley: "Si las palabras se atraen, que se unan entre ellas. Y a brillar, que son dos sílabas". |
11 de diciembre.
La señora Buenaventura, por si acaso. NiñoCactus / Alberto Albarrán. La señora Buenaventura llevaba puesto su vestido azul con estampado de nubes blancas. Tenía antojo de volar su cometa a rayas y la llevaba consigo, por si acaso. No hacía nada de viento. Ni el más leve soplo. La cometa, colgada a la espalda de la señora Buenaventura, parecía bailar con el movimiento de cada paso. Sobre aquella tela celeste, ella se agitaba en pleno juego. La señora Buenaventura se quedó con ganas de vuelo aquel día. Su cometa no. |
10 de diciembre.
Siete ideas para hacer el Roscón de Reyes, por Miker López Iturriaga, en El comidista.
Siete ideas para hacer el Roscón de Reyes, por Miker López Iturriaga, en El comidista.
9 de diciembre.
Texto e ilustración de Sergio Arroyo.
Texto e ilustración de Sergio Arroyo.
7 y 8 de diciembre.
Ponte a prueba: ¿Cuánto conoces de la historia de Medina? ¿Cuánto sabes de Medina del Campo? 10 preguntas.
Ponte a prueba: ¿Cuánto conoces de la historia de Medina? ¿Cuánto sabes de Medina del Campo? 10 preguntas.
6 de diciembre.
Respira, estás emprendiendo, por La papelera de Atentamente, María Rubio.
Cómo es el día de la mujer emprendedora en las redes sociales:
Es mediodía, estoy desmayada en el sofá de mi hogar, entro en Instagram, ya, mal. Leo entre bostezos que se celebra el día de la mujer emprendedora. Venga, papelera, haz memoria, recuerda dónde tienes el secador, píntate el ojo, y sube una foto. Oye, pues lo hago. Doce selfies después, me sumo a las celebraciones. Y comienza la fiesta: corazón, corazón, caritas que se le salen los ojos, manitas que aplauden, palabras entusiasmadas, -«¡Felicidades!», «¡Enhorabuena!», «¡Ole!», «¡Qué guapa!», «¡Me encanta tu jersey!». Confetis y serpentinas surcan la pantalla, emprender es bonito, qué digo bonito, ¡es precioso!, soy mujer, soy emprendedora, se vuelve trending topic #lapapeleralopeta. Regreso con urgencia a la tiendita, ya visualizo la cola, llega hasta la catedral, cientos de atentas en busca de su sello, su boli, su papel para encuadernar. Me hago fotos con todas ellas, que suben a sus stories, que yo comparto, que ellas comparten, que así todo el rato.
Cómo es el día de la mujer emprendedora en la vida real:
Virgen de las papeleras, que pase ya este día, que hace frío, hace viento, hace noviembre y hace black friday, he hecho una caja de mierda pena, y me quiero ir a yoga. Como venga la que viene al cierre menos un minuto, la dejo encerrada.
Cómo es el día de la mujer emprendedora en clase de yoga:
Por ahí viene la euforia gaseosa de las redes… Respírala. Y por ahí, la bajona de las ventas… respírala. Y en medio de todo ello, estás tú. Respírate.
Más historias atentas en La servilleta.
Respira, estás emprendiendo, por La papelera de Atentamente, María Rubio.
Cómo es el día de la mujer emprendedora en las redes sociales:
Es mediodía, estoy desmayada en el sofá de mi hogar, entro en Instagram, ya, mal. Leo entre bostezos que se celebra el día de la mujer emprendedora. Venga, papelera, haz memoria, recuerda dónde tienes el secador, píntate el ojo, y sube una foto. Oye, pues lo hago. Doce selfies después, me sumo a las celebraciones. Y comienza la fiesta: corazón, corazón, caritas que se le salen los ojos, manitas que aplauden, palabras entusiasmadas, -«¡Felicidades!», «¡Enhorabuena!», «¡Ole!», «¡Qué guapa!», «¡Me encanta tu jersey!». Confetis y serpentinas surcan la pantalla, emprender es bonito, qué digo bonito, ¡es precioso!, soy mujer, soy emprendedora, se vuelve trending topic #lapapeleralopeta. Regreso con urgencia a la tiendita, ya visualizo la cola, llega hasta la catedral, cientos de atentas en busca de su sello, su boli, su papel para encuadernar. Me hago fotos con todas ellas, que suben a sus stories, que yo comparto, que ellas comparten, que así todo el rato.
Cómo es el día de la mujer emprendedora en la vida real:
Virgen de las papeleras, que pase ya este día, que hace frío, hace viento, hace noviembre y hace black friday, he hecho una caja de mierda pena, y me quiero ir a yoga. Como venga la que viene al cierre menos un minuto, la dejo encerrada.
Cómo es el día de la mujer emprendedora en clase de yoga:
Por ahí viene la euforia gaseosa de las redes… Respírala. Y por ahí, la bajona de las ventas… respírala. Y en medio de todo ello, estás tú. Respírate.
Más historias atentas en La servilleta.
5 de diciembre.
Juego de lógica. Un pastor tiene que pasar un lobo, una cabra y una lechuga a la otra orilla de un río. Dispone de una barca en la que solo caben él y una de las otras tres cosas. Si el lobo se queda solo con la cabra, se la come; si la cabra se queda sola con la lechuga, se la come. Entonces, ¿cómo debe hacerlo? |
4 de diciembre.
Hoy puede ser un gran día, de Joan Manuel Serrat, cantada por “El gusto es nuestro” en directo (1996).
Hoy puede ser un gran día, de Joan Manuel Serrat, cantada por “El gusto es nuestro” en directo (1996).
3 de diciembre.
Mariana Ruiz Johnson - ilustración / Nicolás Schuff – texto.
Mariana Ruiz Johnson - ilustración / Nicolás Schuff – texto.
2 de diciembre.
Un regalo inesperado, por Juan F. Plaza.
Hace unos meses aparecieron sobres con dinero en los buzones y debajo de las puertas de algunos habitantes de un pueblo de Palencia. Dentro de cada sobre, junto a un billete de 50 euros, una nota con una frase bonita y un corazón dibujado.
Que yo sepa, ha transcurrido el tiempo y nadie sabe quién ha sido el benefactor o benefactora, ni tampoco el criterio que siguió en su día esta especie de Robin Hood castellano para entregar los sobres a unos vecinos sí y a otros no. Lo cierto es que los billetes eran legales y nada impidió que los agraciados se lo gastaran en lo que les viniera en gana.
He fantaseado muchas veces —quién no lo ha hecho— con todo lo que yo haría si dispusiese de una indecente cantidad de dinero. Después de las ensoñaciones con la oportuna orgía de dispendios —no creáis, me costó lo mío, soy pobre hasta para soñar…— llegó el momento de pensar en los demás: mi familia, mis amigos, mi barrio, mi ciudad… ¿A quién podría ayudar, a quién podría ilusionar y, muy relevante también, cómo?
Pero, ahora que está cercana la Navidad, quiero volver a la Tierra para haceros caer en la cuenta de lo que está detrás de un regalo, de un obsequio, de un detalle.
Recuerdo de mi infancia que mis hermanos y yo organizamos durante un tiempo, siendo bastante niños, unos Reyes Magos alternativos.
Estos Reyes Magos alternativos consistían en que debíamos comprar regalos a nuestros padres, tíos y abuelos —hasta aquí nada original—, pero solo y exclusivamente con nuestro dinero —nuestra paga— y siempre sin sobrepasar una cantidad, bastante pequeña, por otro lado, dado que teníamos poco.
La gracia estaba —mi tío me lo enseñó— en que en la acción de regalar siempre debíamos ponernos en el lugar del regalado, y nos forzaba a pensar en qué le podía hacer ilusión al otro, qué podría llegarle dentro. Comprenderéis que en este concepto no cabían las impersonales tarjetas regalo ni nada que no nos obligara a arrancar una sonrisa a quien regalábamos por lo original, atinado y/o creativo del obsequio.
Si, encima, nuestro regalos se rodeaban de un halo de misterio, si nuestros regalos eran algo insospechado, la magia de los Reyes Magos alternativos se multiplicaba por mil.
Ahora, ya adulto, me he propuesto hacer algunos regalos —nada extraordinario— a personas que no se lo esperen. Probadlo vosotros y contádmelo después. Dejad, como en ese pueblo de Palencia, un sobre por debajo de la puerta, una nota, un dibujo, un regalo inesperado.
Más historietas de Juan F. Plaza.